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La noche que murió Chicago

En el año de 1974 la banda británica Paper Lace publicaba esta canción que pronto alcanzaría los primeros lugares en las estaciones de radio: The Night Chicago Died.

En ella, relatan la historia de un tiroteo entre criminales y policías, basado en la Masacre de la noche de san Valentín, en la que miembros de la banda de Al Capone asesinaron a 7 miembros de la banda de Bugs Moran, dos de los cuales estaban disfrazados de policías.
Sí, básicamente, es un corrido.

La historia

Al Capone, el verdadero Scarface, el Gángster Americano, el Enemigo Público Número 1, fue un líder criminal del que todos hemos escuchado y no. Resulta que allá por el año 1919 varios grupos religiosos y de defensa de las “buenas costumbres” creyeron que la mejor forma de resolver los problemas que tenía la sociedad era evitar que la gente se embriagara. Fue así que con la 18a enmienda, en los Estados Unidos prohibieron la fabricación, importación, transporte y venta de bebidas alcohólicas.
Obviamente esto no funcionó como esperaban, ¡no puedes quitarle el chupe a la gente y esperar a que se porten bien así nada más!
Si bueno, los casos de cirrosis bajaron significativamente, el abandono de los empleos bajó del 10% al 3%, pero fue un duro golpe para la economía del país y sobre todo, potencializó el crimen.
Y es que su idea era que, si no había alcohol, no habría gente pensando en hacer el mal. Lo que crearon, fueron bandas de traficantes de alcohol y destilerías clandestinas, y al frente de uno de los sindicatos del crimen más importantes de la época, Al Capone.
En este negocio como en tantos otros, había competencia claro, y Al Capone y los suyos no iban a dejar el control de uno de sus mercados más importantes, el de Chicago, en manos de sus competidores, por lo que el 14 de febrero de 1929 a eso de las 10:30 de la mañana dos ametralladoras Thompson y dos escopetas acabarían con 7 miembros de la North Side Gang.
Este hecho, aunque un poco distorsionado por la forma en que viajaban las noticias de los Estados Unidos a Inglaterra, llegó a oídos de Peter Callander y Mitch Murray quienes, de una forma un tanto romántica, escribieron esta canción donde un chico relata como veía a su madre llorar mientras escuchaba las noticias en la radio sobre los tiroteos entre policías y criminales.

Las nuevas versiones

En el mismo año, la cantante venezolana Mirla Castellanos grababa una versión en español de esta canción, así también lo hizo el grupo mexicano Banda Macho y en 1975 haría lo propio Virve Rosti, una cantante de Finlandia. Estas tres versiones son muy similares a la orginal, aunque integran algunos detalles propios de cada agrupación, es innegable que respetan ese sentimiento y emoción que transmite la original, como una historia que alguien podría contarte como anécdota de la infancia.
Pero si estamos aquí, no es por alguna de esas versiones, sino por la que, a mi parecer es la mejor de todas, incluso mejor que la original.
Nochistlán es un pequeño pueblo mágico de Zacatecas donde en la década de los 90s Saúl Esqueda formaría Banda Toro, una agrupación de tecnobanda, bolero, cumbia y ranchera que para 1992 grabaría este tema en una versión ampliamente conocida por todos llegando al punto, de que muchos no sabían que esta había sido reversionada en varias ocasiones.

¡Dale duro Banda Toro!

La versión de Banda Toro alcanzó muchísima popularidad para la época, incluso el mismo Saúl confiesa en una entrevista:
cuando entonces me di cuenta que estaba sonando la canción en todas radios de USA y México mi asombro fue Tal que me quedó en estado de Shock porque ni siquiera tenía músicos para la banda, es así que el primer disco de banda toro en la fotografía aparecen varias personas en su mayoría jornaleros que pasaban por ahí se les pago para tomarse una foto.

La canción original tiene este sonido de tambores al principio acompañado de un sintetizador que emula los sonidos de las sirenas de policía, continúa con una narración “My daddy was a cop on the east side of Chicago…” y de pronto, la tensión generada se libera y cambia por completo el ritmo de la canción, con una voz suave y melodiosa comienza la historia “In the heat of a summer night…” Algo que recuerda más a una canción de Vaselina (Grease para los puristas) que a la narrativa de un crimen. Incluso la parte donde menciona Chicago died lo hace sonar tan gentil que contrasta mucho con la mención en una voz más áspera de “a man named Al Capone” y a partir de ahí la canción se mantiene en ese mismo esquema de contar la historia suavemente y en el coro entra una guitarra y algunas voces que le respaldan así como el tic tac de un reloj en la parte de “but the clock upon the wall”.

Pero, la versión de Banda Toro, vaya acierto.

Podemos escuchar en su introducción un clásico sonido de uno de los teclados usados en la tecnocumbia acompañado de tuba y percusiones así como la profunda voz que narra “Papá trabajaba, cuando vivía en Chicago, siempre policía el fue, siempre al lado de la ley” y la transición a la melodía principal se siente tan natural y mantiene siempre ese ritmo, con trompetas haciendo lo que antes hacía una guitarra eléctrica. Ese toque nostálgico que da el escuchar “Mi madre oí llorar”.

Después nada sonó, solo el reloj se escuchó: hay un tic tac que las percusiones hacen acompañado del mítico “¡Dale duro Banda Toro!”.

No sé ustedes, pero para mi, esta es la forma correcta de hacer un cover, de darle un estilo propio y al mismo tiempo, no perder la esencia del original. Claro que, “en las calles de murieron policías más de cien” es algo que no gustó de la canción original, e incluso, Richard Daley, el alcalde de Chicago en los tiempos en que se estrenó la canción les sugirió a los escritores que se lanzaran al rio, sumergieran su cabeza tres veces, pero solo las sacaran dos.

Banda Toro con La noche que murió Chicago fueron piezas clave para la popularización de la tecnobanda en México y Estados Unidos, una canción que referencia a la época de la prohibición y que sin duda, más de uno ha escuchado, cantado y bailado con alguna copa encima.

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Eduardo López

Eduardo López

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